Heridas
Estamos llenos de heridas cuyas cicatrices conforman nuestra geografía interior. Unas más profundas que otras, pero todas igual de dolorosas.
Estamos llenos de heridas cuyas cicatrices conforman nuestra geografía interior. Unas más profundas que otras, pero todas igual de dolorosas.
La vida te abre caminos que quizás nunca te planteaste recorrer, te hace estar en sitios incómodos que nunca quisiste, te obliga a hacer cosas que no hubieras ni imaginado… porque ella es así, imprevisible.
Cometas que parecen volar en libertad, cárceles con puertas abiertas, jaulas sin llave…
Y en tal solo un pestañeo, un simple abrir y cerrar de ojos llega diciembre otra vez para recordarnos que el tiempo sigue pasando, sigue su curso implacable sin detenerse, y nosotros con él.
Shhhhh, te voy a contar un secreto, es un secreto a voces que a veces hay que recordar.
Tenía claro desde hacía tiempo que iba a suceder.
Hace unos días hice limpieza de armario, el de la ropa y el de la cabeza.
Esta historia llegó a mi un día cualquiera, y sentí que tenía que escribirla, simplemente porque hay historias que merecen ser contadas...
Recuerdo cuando era niña aquellas "pruebas" que nos ponían en la escuela, esos pequeños exámenes que hacíamos semana si, semana no, para evaluar como llevábamos aprendidas las lecciones…, recuerdo ir de camino al colegio con el corazón temblando en el que mi mayor preocupación era sacar "buena nota".
En aquel mismo instante en el que él le robaba una foto, ella, con la mirada perdida en el infinito, solo pensaba en la forma de robarle un beso.