Otoño

21.09.2025

El otoño es una estación que nos recuerda, con una serenidad inevitable, que todo ciclo tiene su momento de plenitud y también su tiempo de cierre. 

Símbolo de transición. 

Los árboles no se resignan a la pérdida dejando caer sus hojas, solo dejan espacio para lo que vendrá... y en ese gesto de soltar lo que ya cumplió su tiempo nos recuerda que también nosotros, en ciertos momentos de la vida, necesitamos dejar atrás lo que ya no nos aporta, aunque haya sido valioso en su momento.

Con su aire fresco y sus colores que parecen desvanecerse, anuncia una transformación silenciosa que nos invita a la calma, a mirar hacia adentro y a reconocer lo aprendido este tiempo atrás. 

Y quizá por eso septiembre, con su regreso a las rutinas y la organización del día a día, se convierte en el escenario perfecto para los nuevos comienzos. Es un mes que nos invita a ordenar, a proyectar y a dar forma a los propósitos que durante el verano se gestaron en silencio.

Así, el comienzo de una nueva etapa se parece a esta estación, un tiempo de ajuste, de aceptación y de confianza en el que, tras el desprendimiento, siempre llega la renovación, aunque a veces lo haga con pasos lentos y casi invisibles. 

Todo cambio requiere valor, y el otoño nos susurra que, para avanzar, es necesario aprender el arte de soltar y el arte de aceptar lo nuevo...