Heridas

22.04.2025

Estamos llenos de heridas cuyas cicatrices conforman nuestra geografía interior. Unas más profundas que otras, pero todas igual de dolorosas.

La vida, como si de un plan macabro se tratara, nos enseña a ocultar nuestras grietas simulando que estamos completos…, sin embargo, a través de ellas se cuela la luz…

Ninguna se cura con alcohol y tiritas, ellas son capaces de sanar con una caricia o con un poquito de tiempo, y las más profundas a veces nos llevan a mirar desde otra perspectiva, a tomar distancia y alejarnos de los demás para acercarnos a nosotros mismos, y aunque por momentos dejen de doler, si presionas un poco vuelven a sangrar con la misma intensidad del primer día. 

Como cuando crees haber sanado, esos días en los que sonríes sin motivo, floreces, proyectas, te llenas de luz y avanzas por fin, avanzas… de repente los recuerdos giran a tu alrededor haciéndote perder el equilibrio.

Nuestras heridas son un duelo aletargado hasta que de pronto una canción, un olor, un mensaje inesperado con aquel nombre… te despiertan de ese letargo que parecía infinito, que te tenía convencida de que ya no podían hacerte daño mientras te envuelven en un remolino de emociones dormidas, y de forma inesperada reaparecen entre suaves y evocadores recuerdos..., y dolorosas partidas.

Nuestras heridas hablan de haber vestido de gala situaciones que nos dañan.

Nuestras heridas hablan de haber sido soporte, de haber cargado las maletas, y de secar las lágrimas de otros, ignorando las nuestras.

Nuestras heridas hablan de abandonos y soledades, de usar y tirar, cuando nos ocultan debajo de la alfombra del ego, para desempolvarnos cada tanto y volver a mostrarnos como un trofeo. Hoy te necesito, mañana no.

Nuestras heridas hablan de decepciones, de traiciones, de sueños por cumplir, de silencios que piden a gritos ser escuchados, de lo que fue y ya no es…

Pero esas heridas también nos hablan de las batallas libradas…
… que no siempre ganadas.
… que no siempre perdidas.
Porque esas heridas hablan de corazones que aún laten al unísono de nuestras emociones. 

Si, somos almas rotas remendadas al viento que por momentos nos curamos y por momentos… nos rompemos de nuevo.

"Allá voy de nuevo, entera y a pedazos, pero allá voy", Frida Kahlo.