He conocido una bruja...

22.08.2025

He conocido una bruja.
No necesitaba un caldero, le bastaba un escenario vacío.
Tenía la extraña habilidad de señalar fisuras en los demás, y al hacerlo, sembraba en cada uno la sospecha de estar quebrado.
Había en sus palabras un rumor de viento helado, y en sus gestos, la exactitud cruel de quien sabe dónde golpear.

He conocido a una bruja.
Una que no necesita magia para torcer la luz.
Su oscuridad veía enemigos en cada rincón, sombras donde sólo había almas con ilusión.
Su risa no era risa, era vidrio astillado.
Cuando hablaba de claridad, dejaba humo en el aire.
Cuando hablaba de armonía, afinaba el caos con dedos invisibles.

No necesitaba maldiciones, le bastaba con plantar dudas…, semillas negras que germinaban en silencio, raíces que apretaban el pecho de quien las guardaba.

Y sin embargo, no solo habitaba en ella la amargura. Cargaba consigo una herida profunda, un peso que no podía sostener sola. Esa carga se filtraba en el daño que hacía a los demás, una proyección de su propio dolor. Al quebrar, compartía su llaga, al herir, liberaba la presión de sus propios fragmentos.

Me enseñó una dura lección, no todos los maestros quieren que sus alumnos vuelen, algunos sólo desean cortarles las alas.

Sí, he conocido una bruja, pero no la de los cuentos…, una que te roba el reflejo y te lo devuelve roto, arrastrando consigo su propia sombra...