Canciones

Cuando el alma se me llena de grietas, dejo que la música entre por las ventanas.
Cierro los ojos y dejo que me atraviesen.

Entonces aparecen ellas, las canciones, esa simbiosis entre melodías y palabras que llegan como agua sobre tierra seca, que acarician donde la vida rasgó.

Las que curan, que borran miedos, que diluyen recuerdos...

Las que duelen y, aun así, me hacen sonreír.

Las que traen de regreso lo que creía olvidado.

Las que me llevan a aquel lugar, a ese instante de felicidad.

Pequeñas notas que no juzgan.

Las canciones me visten con los hilos del pasado y me desnudan en la verdad de mi presente.

Y la tristeza se acomoda en un rincón. Y el silencio se vuelve amable.

La música me invade en sonidos que me reconocen incluso cuando yo no me entiendo.

Cuando la última nota se apaga, me descubro distinta..., como si la música hubiera cosido con hilos invisibles las grietas que dejé abiertas.

Y sigo, nota a nota, canción tras canción, dejando que la música me lleve aunque no sepa adónde, y en esos minutos en los que no hay pasado ni futuro, bailo en un presente que respira a ritmo de un compás a la vez que me escucho a mi misma desde otro tiempo.

Y a vos… ¿te pasa igual?, te leo…